Chefi era mi compañero de aventuras en el colegio.
Destacaba por sus ganas de comerse el mundo.
Con cinco años vendía lápices a desconocidos. Era el primero en completar las colecciones de cromos. El encargado de reclutar exploradores para revelar los secretos del rincón oscuro al que nadie se atrevía a entrar.
Un tipo listo que cometió un error.
Un error hoy le persigue.
Nuestros caminos se alejaron y se volvieron a juntar:
"¡Hombre, Chefi!, ¿qué tal te ha ido?"
La pregunta fue como quitarle el gas a un Coca Cola recién agitada. Esto fue lo que me contó:
"Monté un restaurante, lo cerré y lo volví a abrir".
"Me casé, me saparé, me volví a casar y ahora estoy otra vez separado".
Mal en lo profesional. Mal en lo personal. Pero aquí nos importa lo primero.
Chefi me explicó que en el restaurante se encargaba de todo: cocinaba, organizaba, colocaba los manteles, entregaba la cuenta y llevaba la contabilidad. Era el hombre orquesta.
"Estoy agotado, ¿sabes? No confío en nadie. Todos trabajan mal".
Lo de Chefi le pasa a muchos emprendedores.
No saben delegar. Eso les mata.
En YouTube existen dos tipos de emprendedores:
Entiéndeme, es así.
Si te gusta cocinar, cocina, pero deja que alguien profesional diseñe el local, sirva a los comensales y lleve la contabilidad.
Si te gusta organizar, organiza, pero ten a alguien de confianza para cocinar.
Si te gusta ganar, gana, pero haz que otros trabajen por ti.
Es fácil:
Confía. Delega. Disfruta.
Los guionistas para YouTube estamos para eso.
El éxito de los vídeos en YouTube, Instagram, TikTok o Facebook siguen esta sencilla regla:
Los números son aproximados. En el éxito influye todo, pero lo más importante es tener un buen guión.
El guión dibujará en la mente del espectador la idea que quieres transmitir.
La trazará con nitidez.
Sí, también necesitas ser bueno comunicando y tener una puesta en escena decente. Pero la clave está en el guión. Debes contar algo que valga la pena y hacerlo de tal forma que impacte en tu audiencia.
Guión.
Invierte en el guión.
Soy escritor fantasma profesional. Conseguiré que el vídeo retumbe en la mente del espectador.
¿Quieres eso?